Periodontitis: causas y síntomas
La acumulación de placa puede dañar los dientes y dar lugar a la gingivitis, una de las infecciones más comunes de las encías1. Sin embargo, si no se trata a tiempo, la gingivitis puede degenerar en una enfermedad conocida como periodontitis.
En este artículo, descubre todo lo que necesitas saber sobre la periodontitis: las causas, los síntomas, los tratamientos y cómo evitarla.
¿Qué es la periodontitis?
En la primera fase de la enfermedad, la inflamación afecta sólo a las encías: es la llamada gingivitis. Sin embargo, cuando la gingivitis no se trata, el proceso se extiende a las partes más frágiles de las encías.
La periodontitis es una infección bacteriana del "periodonto", que abarca los ligamentos que rodean los dientes y el hueso que los sostiene. Se trata de una fase avanzada de la enfermedad de las encías que requiere tratamiento médico para evitar la retracción de las encías, la pérdida de los dientes o incluso problemas de salud más graves. Según un estudio de la ANAES1, la enfermedad periodontal afecta al 10% de las personas que ya padecen gingivitis.
Además, puede adoptar dos formas diferentes:
- Periodontitis crónica: es la forma más común de periodontitis con la aparición de bolsas y la destrucción progresiva del tejido gingival y óseo. Afecta principalmente a los adultos.
- Periodontitis agresiva o periodontitis severa: se caracteriza por la pérdida de inserción gingival y la rápida destrucción del hueso. Afecta a personas más jóvenes con una predisposición genética a la enfermedad de las encías.
Las causas de la periodontitis
La periodontitis suele estar causada por una acumulación de placa dental en la unión entre la encía y el diente. Suele comenzar con la inflamación de la encía (fase de gingivitis), antes de extenderse gradualmente al hueso en aquellos que son susceptibles, creando pequeñas "bolsas" de infección entre la encía y el diente.
Al igual que la gingivitis, la periodontitis y sus causas pueden ser estimuladas por diferentes factores como
- Fumar
- El alcohol, especialmente el tabaco
- La diabetes
- Desplazamientos de los dientes o prótesis dentales mal adaptadas
- Susceptibilidad genética
- Cambios hormonales como el embarazo o la menopausia